LA DISCIPLINA ESCOLAR Y EL MALTRATO ENTRE IGUALES
A la hora de abordar el problema de la disciplina escolar lo primero que debemos hacer es plantearnos qué entendemos por disciplina escolar. Según Genovard, Gotzens y Montane (1981) “La disciplina escolar se refiere al conjunto de procedimientos, normas y reglas, mediante los cuales se mantiene el orden en la escuela y cuyo valor es básicamente el de favorecer la consecución de los objetivos propuestos a lo largo del proceso de enseñanza-aprendizaje del alumno”.
La disciplina debe ser entendida como la forma de crear un orden, de que los alumnos adquieran normas sociales, por tanto, la disciplina debe basarse en normas y estas deben estar muy claras. Como vimos en clase, y esta incluido en los materiales, la “Guía para la convivencia en el aula” de Barriocanal (2001) nos viene a afirmar que las normas, además de surgir del consenso, deben de ser CLARAS, que no lleven a error.
En cuanto a las estrategias para la modificación de los comportamientos y para afrontar los problemas de disciplina, encontramos estrategias punitivas: que proporcionan una experiencia desagradable o privan de una placentera, o las estrategias para incrementar las actitudes deseables: todo tipo de refuerzos.
Ahondando en los problemas de disciplina escolar encontramos las situaciones de maltrato, sobre todo de maltrato entre iguales. El maltrato por abuso de poder o victimización consiste en el proceso por el cual un alumno o varios, que se perciben en una posición de poder, ejercen de modo intencional daño físico o psicológico a otra persona a quien se percibe en una situación de desventaja, o a quien se quiere situar en esa situación de desventaja mediante acciones negativas. Algo importante en el maltrato entre iguales es que esa diferencia de poder no se manifiesta solo en el aspecto físico sino también, y con mayor frecuencia, en el ámbito psicológico y social.
Además de por esta diferencia de poder, que hace que la victima sea incapz de denunciar el maltrato, también el maltrato se caracteriza por ser realizado de forma intencionada y en repetidas ocasiones pudiéndose llegar a situaciones de acoso o bullying.
El problema del maltrato entre iguales cobra mayor importancia en las etapas de la preadolescencia y la adolescencia donde las relaciones con los grupos de iguales son vitales para el desarrollo social del individuo.
Respecto al problema del maltrato escolar entre iguales, a través del Defensor del Pueblo se hizo un informe sobre esta cuestión, dicho informe es, además, el único existente de carácter longitudinal sobre el tema ya que compara los resultados obtenidos en 1999 con los de 2006. Como señala este informe, a pesar de que las percepciones del profesorado señalen que han aumentado las situaciones de maltrato, lo cierto es que han disminuido sobre todo en los tipos de maltrato verbal se ve enormemente.
En la misma línea tenemos el informe del defensor del menor de la Comunidad de Madrid, aunque en este caso versaba sobre el clima de convivencia y la conflictividad en los Centros, en el que se refleja que entre el 80 y el 90% de los profesores y alumnos piensan que las relaciones en los centros escolares son positivas. En este informe también se hacen palpables las diferencias en las percepciones de alumnos y profesores sobre muchos temas, entre ellos el 8,7% de los alumnos consideran que tienen un comportamiento habitual que impide dar clase mientras que los profesores piensan que es un 23,5% de los alumnos. Otro aspecto a tener en cuenta es que los alumnos se consideran a sí mismos los responsables de los conflictos del centro (aunque en los últimos cursos se equilibran con los profesores), mientras que los profesores culpan a las familias. Este informe terminaba con una serie de propuestas de intervención para mejorar la convivencia escolar.
Esta situación reflejada en los distintos informes nos viene a confirmar que las acciones llevadas a cabo durante estos últimos años han tenido su resultado aunque, como dice el informe del Defensor del Pueblo, aún estemos lejos de erradicar la violencia de los Centros.
La disciplina debe ser entendida como la forma de crear un orden, de que los alumnos adquieran normas sociales, por tanto, la disciplina debe basarse en normas y estas deben estar muy claras. Como vimos en clase, y esta incluido en los materiales, la “Guía para la convivencia en el aula” de Barriocanal (2001) nos viene a afirmar que las normas, además de surgir del consenso, deben de ser CLARAS, que no lleven a error.
En cuanto a las estrategias para la modificación de los comportamientos y para afrontar los problemas de disciplina, encontramos estrategias punitivas: que proporcionan una experiencia desagradable o privan de una placentera, o las estrategias para incrementar las actitudes deseables: todo tipo de refuerzos.
Ahondando en los problemas de disciplina escolar encontramos las situaciones de maltrato, sobre todo de maltrato entre iguales. El maltrato por abuso de poder o victimización consiste en el proceso por el cual un alumno o varios, que se perciben en una posición de poder, ejercen de modo intencional daño físico o psicológico a otra persona a quien se percibe en una situación de desventaja, o a quien se quiere situar en esa situación de desventaja mediante acciones negativas. Algo importante en el maltrato entre iguales es que esa diferencia de poder no se manifiesta solo en el aspecto físico sino también, y con mayor frecuencia, en el ámbito psicológico y social.
Además de por esta diferencia de poder, que hace que la victima sea incapz de denunciar el maltrato, también el maltrato se caracteriza por ser realizado de forma intencionada y en repetidas ocasiones pudiéndose llegar a situaciones de acoso o bullying.
El problema del maltrato entre iguales cobra mayor importancia en las etapas de la preadolescencia y la adolescencia donde las relaciones con los grupos de iguales son vitales para el desarrollo social del individuo.
Respecto al problema del maltrato escolar entre iguales, a través del Defensor del Pueblo se hizo un informe sobre esta cuestión, dicho informe es, además, el único existente de carácter longitudinal sobre el tema ya que compara los resultados obtenidos en 1999 con los de 2006. Como señala este informe, a pesar de que las percepciones del profesorado señalen que han aumentado las situaciones de maltrato, lo cierto es que han disminuido sobre todo en los tipos de maltrato verbal se ve enormemente.
En la misma línea tenemos el informe del defensor del menor de la Comunidad de Madrid, aunque en este caso versaba sobre el clima de convivencia y la conflictividad en los Centros, en el que se refleja que entre el 80 y el 90% de los profesores y alumnos piensan que las relaciones en los centros escolares son positivas. En este informe también se hacen palpables las diferencias en las percepciones de alumnos y profesores sobre muchos temas, entre ellos el 8,7% de los alumnos consideran que tienen un comportamiento habitual que impide dar clase mientras que los profesores piensan que es un 23,5% de los alumnos. Otro aspecto a tener en cuenta es que los alumnos se consideran a sí mismos los responsables de los conflictos del centro (aunque en los últimos cursos se equilibran con los profesores), mientras que los profesores culpan a las familias. Este informe terminaba con una serie de propuestas de intervención para mejorar la convivencia escolar.
Esta situación reflejada en los distintos informes nos viene a confirmar que las acciones llevadas a cabo durante estos últimos años han tenido su resultado aunque, como dice el informe del Defensor del Pueblo, aún estemos lejos de erradicar la violencia de los Centros.
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